Hoy le dedico esta entrada a tres excelentes amigos míos que en la última semana me llenaron de felicidad: Dos de ellos que hace muchos años emprendieron la larga aventura de querer adoptar un chico, y que finalmente, lo lograron. Estos papás de lujo dejaron de serlo en potencia para desafiar todos los límites del amor y dedicar su vida ahora a dos hermanitos, que sin lugar a dudas, tendrán la suerte de compartir una familia y un hogar. También va dedicada a otro gran amigo que decidió donar uno de sus riñones para salvar otra vida.
Muchas veces me cuestioné si es que uno puede estar feliz (escribí estar y no "ser feliz...") y al mismo tiempo tener la sensación de estar dando poco al prójimo. Entiendo que un balance, o un equilibrio es necesario en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas (salud, emocional, psicológico) aunque me genera muchas dudas cuando se trata de dar o entregar amor.
La Madre Teresa decía: "Dar hasta que duela, y cuando duela dar todavía más". Cada vez estoy más convencido que ésta fue la principal fuente de energía que tuvo este ejemplo de ser humano en su vida. Con su amor y con su entrega, ella recibía más de lo que daba.
Y hagan la prueba si no la han hecho aún. En todos estos años de trabajo en el sector social no he encontrado una sola persona que no coincida con la idea de que fue con la idea de dar una mano, con la intención de entregar, y terminó recibiendo mucho más.
La razón creo que es compleja de asimilar pero básica en términos de principios. Cuando uno da, entrega, ama, se genera una felicidad doble. La del efecto espejo que se produce por quien recibe, y la propia que implica la sensación de fortuna que tiene el que da.
"Da y tendrás en abundancia", decía Lao-Tsê. Y lo fantástico de dar amor es que es inagotable. ¡Es el recurso más renovable del planeta! Aunque que uno debe tomar conciencia de esa entrega, significarla, y contagiarla (por más que a veces parezca complotar contra la humildad). Claro que en el camino de entrega son muchos los obstáculos, las frustraciones y los bajones.
¿Cómo puede ser que si estoy convencido y dispuesto a dar, muchas veces no me dejen hacerlo? Los egos, la envidia, y la falta de confianza y de acuerdos comunes son los principales enemigos de la entrega. Por eso la entrega debe ser desinteresada si uno quiere que vuelva y bebe ser también bienvenida. Uno no debe esperar nada a cambio, y por sobre todo, no debe esperar que la otra persona entregue de la misma manera que uno da.
Es impresionante la capacidad de entrega que tienen muchos, y me da cierta envidia saber que están recibiendo más. Celebro su generosidad, sus ganas de dar, su amor y su bondad. Miles de gracias por ser guía, fuente de esperanza y de inspiración para todos nosotros que no terminamos de convencernos que el negocio más rentable del mundo es dar.
Muchas veces me cuestioné si es que uno puede estar feliz (escribí estar y no "ser feliz...") y al mismo tiempo tener la sensación de estar dando poco al prójimo. Entiendo que un balance, o un equilibrio es necesario en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas (salud, emocional, psicológico) aunque me genera muchas dudas cuando se trata de dar o entregar amor.
La Madre Teresa decía: "Dar hasta que duela, y cuando duela dar todavía más". Cada vez estoy más convencido que ésta fue la principal fuente de energía que tuvo este ejemplo de ser humano en su vida. Con su amor y con su entrega, ella recibía más de lo que daba.
Y hagan la prueba si no la han hecho aún. En todos estos años de trabajo en el sector social no he encontrado una sola persona que no coincida con la idea de que fue con la idea de dar una mano, con la intención de entregar, y terminó recibiendo mucho más.
La razón creo que es compleja de asimilar pero básica en términos de principios. Cuando uno da, entrega, ama, se genera una felicidad doble. La del efecto espejo que se produce por quien recibe, y la propia que implica la sensación de fortuna que tiene el que da.
"Da y tendrás en abundancia", decía Lao-Tsê. Y lo fantástico de dar amor es que es inagotable. ¡Es el recurso más renovable del planeta! Aunque que uno debe tomar conciencia de esa entrega, significarla, y contagiarla (por más que a veces parezca complotar contra la humildad). Claro que en el camino de entrega son muchos los obstáculos, las frustraciones y los bajones.
¿Cómo puede ser que si estoy convencido y dispuesto a dar, muchas veces no me dejen hacerlo? Los egos, la envidia, y la falta de confianza y de acuerdos comunes son los principales enemigos de la entrega. Por eso la entrega debe ser desinteresada si uno quiere que vuelva y bebe ser también bienvenida. Uno no debe esperar nada a cambio, y por sobre todo, no debe esperar que la otra persona entregue de la misma manera que uno da.
Es impresionante la capacidad de entrega que tienen muchos, y me da cierta envidia saber que están recibiendo más. Celebro su generosidad, sus ganas de dar, su amor y su bondad. Miles de gracias por ser guía, fuente de esperanza y de inspiración para todos nosotros que no terminamos de convencernos que el negocio más rentable del mundo es dar.
(Foto: Dolores Álvarez G.)
Cuanto más se entrega uno, cuanto más de mi mismo doy, cuanto más soy capaz de dar de lo que tengo, solo por dar, no para recibir, es muy importante la intención que ponga en esa acción, todavía más aumenta mi capacidad de dar! Y,siempre, es un ida y vuelta, aunque mi intención sea solo dar. Un misterio del alma!
ResponderEliminarMuy de acuerdo! Gracias :-)
EliminarDar para recibir... Es cierto, uno recibe tantas sonrisas de estos chiquitines! Nos olvidamos de cantidades de problemas y seguimos adelante, porque ellos están y nos precisan. A veces dá miedo, a veces desestabiliza, son enormes cambios y sabemos que será un desafío. Pero es también un regalo que nos hace la vida cuando ya no lo esperábamos. Es que la justicia puede ser muy lenta y hay tantas caritas preciosas esperando papis! Nunca antes habíamos ido a hogares porque no nos animábamos a encontrar esos ojitos reclamando amor. Es duro dejarlos. Ahora descubrimos que es el mejor antídoto contra la mala onda: llegás y te llenan de caricias, de risas, de sueños... Es una experiencia que todos deberíamos hacer alguna vez. Quizás así nos convertiríamos en más humanos, habría menos chicos sin papás porque nadie sabe resolver de manera práctica su futuro. Estar felices, pequeños instantes maravillosos. Gracias!
ResponderEliminarQue lindo Ceci! Emocionante. Un abrazo grande para los cuatro.
EliminarGracias Juan, por tus palabras y por ser el amigo que sos! Lástima que estamos tan lejos ahora y no podemos vivir esta gran aventura juntos. Saludos del norteño desde el sur...
ResponderEliminarGracias a vos! Algún modo encontraremos de compartir. .. ambos somos fans de las nuevas tecnologías, no? Abrazo enorme
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