Mi nueva profesión


Siempre creí que en la vida había que llegar a un punto. Como las oraciones. Que el momento de la muerte era el punto final.

Pero que en los cientos de miles de puntos suspensivos, o los puntos seguidos en muchos casos, teníamos la posibilidad de hacer un pare y replantear nuestro camino.

Puede ser que lo entendí mal, o que nadie me explicó bien, pero estos cuarenta años pasaron más como una larga oración, y con pocas comas.

Por eso será que escribo ahora con oraciones cortas. Como intentando darle a la vida el ritmo que no tuvo.

Hoy cumplo 41. Y siento que he tomado finalmente conciencia del paso del tiempo. No creo que se trate solamente de una vida, pero me gusta sentir que estoy aquí y ahora, viviendo y disfrutando del momento, del instante.

Claro que me preocupa más ahora pasarlo sin hacer nada. En vez de quedarme tirado en la playa, prefiero estar acá tomando una cerveza y escribiendo un poco.

En realidad no sé bien para qué escribo. Será catarsis o una mega terapia que me ayuda a poner ciertas pausas. Me obligan a bajar las revoluciones, hablar conmigo mismo, y soñar un poco. Por qué no, soñar mucho.

Recreo mi propio universo en un mar de posibilidades que nunca terminan.

Hoy sueño con hacer muchas cosas. Tal vez ni tan grandes ni tan idealistas como hace algunos años, es cierto, aunque no dejan de ser sueños que me motivan, me ponen en movimiento, y me obligan a no rendirme.

Impulsador de sueños. No entiendo cómo no existe esa profesión. O será la de los buenos maestros. En cualquier caso encontré que esa es mi verdadera pasión. Es una lástima que nadie publique en los diarios búsquedas de Impulsadores de Sueños.

En todos estos años aprendí que lo que realmente cambia la vida en las personas son los sueños. No EL gran sueño. Sueños que respondan a pasiones. Grandes o pequeños.

Quien no los tiene, no tiene nada. No tener un sueño es no tener una meta, y sin meta nos quedamos inservibles, insípidos.

Quien en cambio tiene un sueño, sé mantiene en movimiento. Sé apasiona, se llena de sentido. Y el sentido es la dirección que nos ilumina.

Leí alguna vez “El hombre en busca de sentido” de Víctor Frankl, creo que hasta ahora no lo había entendido bien.

No quiero sonar alarmista con quienes aún no encontraron un sueño. Está bien no tenerlo si se encuentran en la búsqueda. Y tampoco es necesario que sea uno solo. Pueden ser muchos. Me gusta escuchar y pasar tiempo con las personas que tienen sueños. Escucharlas es contagioso. Inspirador.

Quiero ser impulsador de sueños. Quiero ayudar a que todos tengan un sueño y a darles el empujón inicial para que pasen a la acción. Quiero cambiar el mundo desde ésta, mi nueva profesión. No sé todavía cómo lograré hacer sustentable mi nueva profesión. Ya veré.

Comentarios

  1. Adelante Juan y éxito en tu nueva profesión, se que te va a ir muy bien. Me encanta!
    Necesitamos soñar más y aprender/enseñar cómo hacer esos sueños realidad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario