En tiempos pasados la percepción del tiempo era, al parecer circular. Las cosechas marcaban el ritmo de nuestras vidas. Uno sabía que pasaba el invierno y llegaba la primavera. Que la naturaleza llevaba la batuta, y proveía evidencia suficiente para saber qué venía luego. Y que después de la tormenta, llegaba la calma. La vida se llenaba de previsibilidad. Y eso nos mantenía tranquilos, nos llenaba de paz.
La vida moderna en cambio es lineal. Buscamos cada vez aquello que vendrá luego, no esperamos el regreso de nada, siempre hacia adelante. Incluso lo que esperamos que llegue nos impide disfrutar el presente.
Con la inmensa incertidumbre que trae ese gigante signo de interrogación, que se profundiza en momentos clave de nuestra vida, se apaga mientras nos llenamos de ocupaciones y no nos deja muchas veces descansar, aún en las noches.
Con la inmensa incertidumbre que trae ese gigante signo de interrogación, que se profundiza en momentos clave de nuestra vida, se apaga mientras nos llenamos de ocupaciones y no nos deja muchas veces descansar, aún en las noches.
Puede que en esta linealidad, busquemos de manera desesperada una rutina que nos devuelva la paz. Puede que la llegada y la partida de las estaciones nos recuerden aquella vida circular.
Puede que yo le escape al aburrido saber lo que viene, puede que le escape a la paz.
Luego me contento con la idea de que en realidad, la circularidad del tiempo no se ha ido, y que siempre ha sido un gran resorte que cuando se estira mucho, se llega a ver lineal. Por ahora no me juzguen, que ya el tiempo dirá.
Nota: Esta publicación se la debo a una colega. Una de esas tantas conversaciones que arrancan formales y terminan en otra de aquellas profundas preguntas que uno trata de responder en su vida.
Nota: Esta publicación se la debo a una colega. Una de esas tantas conversaciones que arrancan formales y terminan en otra de aquellas profundas preguntas que uno trata de responder en su vida.
Muy bueno ...agregaria que la circularidad de la vida, en algún momento termina lineal y se escapa hacia la eternidad en otra dimensión.
ResponderEliminarEl hombre sigue siendo el mismo después de siglos, la clave no es lo qué nos rodea sino cómo vemos esa realidad.
ResponderEliminarDesde dónde miramos, es lo que podemos ver. Y, ahí está el secreto, en la búsqueda, en el camino, dónde está lo que me produce la paz.
O es lineal realmente y todo es una percepción sensorial... O sigue circular por siempre, una y otra vez, siendo la vida un solo espiral... Que lío!
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