Domadores de mentes

La mente, la nuestra, es el motor más perfecto y poderoso que haya existido. Una de las funciones más importantes que tiene es la de auto-regularse, que en un lenguaje más coloquial podríamos describirlo como auto-dominarse. Es fascinante como nuestra mente cumple esta función y por suerte, lo hace bastante bien. De otro modo estaríamos permanente en riesgo de cruzar al mundo salvaje.

Y esta función tan poco crítica, pero tan crucial, tiene mecanismos creativos muy eficaces. Por un lado tiene la capacidad de moldear la realidad que percibimos al punto de que parezca ser la real realidad, esa que es mía pero que debería ser la de todos...pero por el otro separa todo aquello que encaja con la real realidad de aquello que no, y a través de un proceso involuntario selecciona lo primero y lo incorpora, reforzando la idea de una realidad ahora irrefutable.

Este proceso se da de manera inconciente y natural. Buscamos entonces rodearnos de quienes piensan como pensamos. Leemos lo que reafirma nuestra verdad, compartimos este contenido sin siquiera cuestionarlo y rechazamos inmediatamente a aquello(s) que no encaja(n).

Nuestra mente lo procesa tan rápido que no nos da segundas oportunidades. Y terminamos rodeados de "look alikes" (quienes se parecen más a nuestro molde) porque es más fácil, más "placentero", menos amenaza. Las tribus fueron originalmente la manera natural de poner en práctica este proceso, y poco hemos avanzado en este sentido. 

Si vemos a alguien diferente a nosotros nos da miedo, nos apartamos, lo separamos. Si alguien piensa diferente lo rechazamos, lo bloqueamos, lo evitamos. Y esto es terrible, nos empobrece, nos divide, nos hace retroceder en nuestra común misión de aprender y evolucionar.

Las redes sociales entendieron desde el inicio este sistema y ofrecen algoritmos de coincidencia para contenido que no solo refuerce, pero que nos asegure que la realidad es esa, y que aquella otra, es enemiga y potencialmente una amenaza. 

Ahora, a sabiendas de que esto pasa yo me pregunto ¿Hasta cuándo? ¿Quién quiere un mundo donde todos consumamos el mismo contenido y pensemos exactamente lo mismo? No puedo imaginarme nada más pobre y aburrido. 

Adoptemos el pensamiento crítico, abracemos las ideas diferentes, pretendamos múltiples puntos de vista que enriquezcan la lectura de la realidad y fomentemos la incorporación de elementos culturales que nos hagan crecer social y espiritualmente. 


Comentarios

Publicar un comentario