42 y contando...

Un año más y llegó el momento del balance. Pronto un año menos, porque de pronto lo que parecía una subida a una cima se transforma estrepitosamente en una bajada a la...dejémoslo así.

Pero no iba en tono depre esta entrada, muy por el contrario este año no siento ninguna evidencia del paso del tiempo respecto al año anterior. Siento por el lado positivo, mucho agradecimiento porque este año que pasó fue profundamente intenso en términos de avances, descubrimientos y aprendizajes. Quién me dejó con 40 y me encuentre ahora, podrá evidenciar virtualmente otra versión de persona. Yo sé, mis cuarenta (y uno) no fueron fáciles. Y falta mucho aún...

Claro, en el camino quedaron varias víctimas y personas heridas, y eso no está bueno. Lo siento mucho y les pido perdón. Por eso quiero agradecer primero a todas aquellas personas que con muchísima paciencia y cariño me acompañaron y sufrieron en este último tramo. Les debo mucho, pero saben que soy un buen pagador, si eso les sirve de consuelo.

Como dije, casi no he notado evidencias de amortización física, salvo un poco más de nieve arriba y de gordos abajo. Pero nada que me afecte mucho o no pueda arreglarse.

Lo que sí noté es que:
- las personas me buscan y se me acercan más, me confían sus preocupaciones y sueños.
- estoy nuevamente curioso y logré aprender cosas nuevas.
- me animo a más, cosas que antes me daban miedo.
- me importa menos, ya muy poco, lo que vendrá. Confío en que será indefectiblemente bueno.
- ningún enojo me duró más de un par de horas, y me enojo mucho menos, casi nada.

Por el lado de lo que aún me molesta, o las oportunidades de mejora dirían los de recursos humanos, son muchas. Para mencionar algunas:
- no he logrado hacer el ridículo tanto como hubiese querido. Lograr que me importe un bledo exponerme a situaciones incómodas.
- quisiera ser más tolerante y paciente.
- sigo prestando más atención de la necesaria a los detalles, que pocas veces son importantes.
- no logro abandonar la idea de que el estándar ajeno, debería ser el que podría alcanzar yo mismo.
- me auto-engaño con cosas que yo sé que en el fondo no están bien, y con una creatividad asombrosa les encuentro una justificación lo suficientemente lógica/práctica que me deja aceptarlas.
- no logro dejar a un lado algunas culpas y otros pre-condicionamientos que no me dejan disfrutar del todo cada momento.
- le debo a mi lista de deseos del año que pasó, volver a tocar un instrumento, a pesar de que tuve tres intentos (guitarra, piano y ukelele). Ahh, y un karaoke.

Mucho por recorrer, muchísimo por aprender y por vivir. Hoy siento finalmente que voy haciendo camino al andar, y está buenísimo. Siento que hice una apuesta, y que me importa menos si me sale bien o me sale mal. Porque es cierto eso de que en el deporte, lo importante es jugar. Bienvenidos los 42, que llegaron con la noticia de grandes cambios para los próximos meses: Nuevo trabajo, nuevo país, nuevo idioma, nueva vida.

42 y contando...